Las uveítis son enfermedades inflamatorias del ojo que afectan la “UVEA” (capa vascular del ojo) que está formada por el iris, el cuerpo ciliar y las coroides.
Al inflamarse la “UVEA”, pueden afectarse otras estructuras cercanas, como son la córnea (queratitis), la esclera (escleritis), el nervio óptico (neuritis), los vasos (vasculitis) y la retina (retinitis) y el vítreo (vitreitis).
Estas enfermedades inflamatorias son graves ya que pueden llevar a la ceguera del paciente si no son tratados a tiempo y en forma adecuada. Por lo tanto, solamente un “oftalmólogo especializado en uveítis” es quien debería hacer el tratamiento y el seguimiento del paciente.
Las uveítis pueden producirse en personas de cualquier edad. Sin embargo, las más frecuentes son las “uveítis anteriores” que suelen afectar a pacientes de entre 20 y 40 años de edad.
En segundo lugar tenemos las uveítis posteriores y la causa más frecuente es la “toxoplasmosis” que afecta desde recién nacidos hasta adultos mayores.
Muchas de estas inflamaciones se producen sin una causa específica y se llaman “uveítis idiopáticas”.
Pero también pueden ser producidas por:
Por lo tanto debe realizarse un examen ocular completo y complementar el diagnóstico con estudios de laboratorio cuando sea necesario.
El tratamiento depende de la causa de la enfermedad. En las uveítis infecciosas se usan antibióticos, antivirales, antiparasitarios o antimicóticos. También usamos antinflamatorios (corticoides) en gotas o pastillas. En aquellos casos más severos agregamos inmunosupresores para controlar la inflamación.
En algunas situaciones los pacientes requieren cirugía ocular para controlar su enfermedad y salvar su visión.
En conclusión, la mayoría de las uveítis son enfermedades que se pueden tratar y controlar y curar en algunos casos con el tratamiento adecuado, luego de detectar la causa que la produce. Por lo tanto lo ideal es tratarse y controlarse con un “especialista en uveítis”.