La retina es una delgada capa de tejido neurológico que tapiza el interior del globo ocular.
Es la encargada de captar las imágenes y mandarlas al cerebro a través del nervio óptico.
En la retina hay 2 sectores:
El sector central llamado “Mácula”, encargada de la visión con mayor detalle.
El sector periférico donde se forma la imagen del campo visual.
El desprendimiento de retina (DR) es la separación de la misma de la pared ocular, esto es ocasionado por la presencia de uno o varios “desgarros retinales” que permiten el pasaje de líquido por debajo de la misma. Cuando esto ocurre la retina, que está flotando en la cavidad vítrea, deja de funcionar debido a que no recibe nutrientes y oxígeno. Por este motivo, el paciente debe tratarse en forma inmediata.
El desprendimiento de retina afecta a 1 de cada 10.000 personas por año, aproximadamente y constituye una urgencia en el tratamiento ya que si no se trata a tiempo puede dejar una secuela visual irreversible.
En su etapa inicial los pacientes ven “Moscas volantes” con aspecto de puntos, hilos o telarañas de diversos aspectos. Acompañadas por “destellos luminosos o flashes de luz” que aumentan con los movimientos oculares.
En este momento puede ser que exista un desgarro retinal sin desprendimiento de retina aún.
Si la enfermedad avanza aparece una “sombra o cortina en el campo visual”, que corresponde al sector desprendido, agrandándose a medida que progresa la enfermedad.
La evolución natural del desprendimiento de retina empieza comenzando por un sector y termina desprendiendo toda la retina, afectando la visión del ojo. Esto puede ocurrir en días o semanas. Sin tratamiento conduce indefectiblemente a la ceguera.
En la consulta oftalmológica se evaluarán sus antecedentes, la aparición de los síntomas, flotadores, flashes o pérdida de visión.
Se examinará el ojo con la pupila dilatada, mediante el microscopio, complementado con el oftalmoscopio indirecto y otras técnicas.
En algunos casos donde no puede verse directamente el fondo de ojos, se realiza una ecografía ocular.
Existen varias técnicas para tratar el desprendimiento de retina y se usan dependiendo de la gravedad del mismo, con el objetivo de mejorar las condiciones del ojo y evitar la progresión del desprendimiento.
Si hay “desgarro retinal sin desprendimiento”, lo ideal es hacer láser o crioterapia para crear una cicatriz rodeando al desgarro y evitar el desprendimiento.
Cuando el desprendimiento de retina avanzó debe realizarse la cirugía de Vitrectomía. Se introducen instrumentos muy pequeños dentro de la cavidad ocular, a fin de liberar las tracciones del vítreo, reposicionar la retina y sellarla con láser. En ocasiones se complementa con la introducción de gases o líquidos específicos para cada caso.
Generalmente se recomienda reposo visual hasta la curación, se le permite caminar después de la operación y seguir con las indicaciones y los cuidados en su hogar, ya que la retina necesita tiempo para adherirse firmemente.
Se calcula que un 20% de las retinas que han sido reaplicadas vuelven a desprenderse. Esto no quiere decir que la cirugía no haya sido exitosa, sino que el paciente ha desarrollado una recidiva e indica que es necesaria una o más re operaciones.
Si se siguen todas las indicaciones, en tiempo y forma, la tasa de curación es superior al 95%.
Actualmente el avance del conocimiento y la tecnología han logrado curar a la gran mayoría de los pacientes, pero deben mantenerse los cuidados por el resto de la vida. En especial, evitar los traumatismos y deportes de contacto.